sábado, 30 de junio de 2012

Las voces del agua

La cultura viva en el Al-Andalus
La voz del agua, ahora callada por la sequía, palabra que suena parecido a acequia


Este corto documental trata de recuperar la cultura asociada al uso tradicional del agua en al-Andalus, no solamente como un patrimonio de importancia, sino también como una alternativa a los problemas de gestión actual de este elemento. Próximamente el contenido de este documental podrá verse en una exposición virtual disponible en la web de Med-O-Med: "Al-Andalus, una cultura del agua".

Las Voces del Agua está basado en un hermosos proyecto desarrollado en las comarcas moriscas de las Alpujarras (Granada y Almería), El Valle de Ricote (Murcia), y la Axarquía (Málaga), en el marco del Programa "Med-O-Med, Paisajes Culturales del Mediterráneo y Oriente Medio". Con él, los realizadores tratan de recuperar la cultura asociada al uso tradicional del agua en al-Andalus, no solamente como un patrimonio de importancia, sino también como una alternativa a los problemas de su gestión en la actualidad.
Este documental posee un fuerte carácter pedagógico y servirá como una valiosa herramienta educativa para enseñar a todo tipo de público la rica tradición del regadío, contada por los las "voces sabias" que aun conocen y cultivan los secretos del uso tradicional del agua, sin olvidar su presencia en la estética arquitectónica, así como su valor espiritual y purificador. Todo ello mediante el desarrollo de actividades de educación y sensibilización.

viernes, 22 de junio de 2012

Decreto de expulsión de los moriscos del Reino de Valencia.

El decreto de la expulsión

El Rey, y por su Magestad Don Luis Carrillo de Toledo, Marqués de Caracena, señor de las villas de Pinto, y Ynés, comendador de Chiclana y Montizón, Virrey Lugarteniente y Capitán general en esta ciudad y Reino de Valencia por el rey nuestro señor. A los Grandes, Prelados, Titulados, Barones, Caballeros, Justicias, Jurados de las ciudades, villas, y lugares, Bayles generales, Gobernadores, y otros cualesquier ministros de su Magestad. Ciudadanos, vecinos, y particulares deste dicho Reino. Su Magestad, en una Real Carta de 4 de agosto pasado deste presente año, firmada de su Real mano, y refrendada de Andrés de Prada su secretario de Estado, nos escribe lo siguiente.
Marqués de Caracena, Primo, mi Lugarteniente, y Capitán General del mi Reino de Valencia. Entendido tenéis lo que por tan largo discurso de años he procurado la conversión de los Moriscos deste Reino, y del de Castilla, y los Edictos de gracia que se les concedieron, y las diligencias que se han hecho para instruirlos en nuestra santa Fe, y lo poco que todo ello ha aprovechado, pues se ha visto que ninguno se haya convertido, antes ha crecido su obstinación . Y aunque el peligro, e irreparables daños que de disimular con ellos podría suceder, se me representó días ha por muchos, y muy doctos, y santos hombres, exortándome al breve remedio a que en concienca estaba obligado, para aplacar a nuestro Señor, que ten ofendido está desta gente: asegurándome, que podía sin ningún escrúpulo castigarlos en las vidas, y haciendas, porque la continuación de sus delitos, los tenía convencidos de herejes, apóstatas, y proditores de lesa Majestad divina, y humana. Y aunque pudiera proceder contra ellos con el rigor que sus culpas merecían, todavía deseando reducirlos por medios suaves, y blandos, mandé hacer en esa ciudad la junta que sabéis, en que concurristes vos, el Patriarca, y otros Prelados, y personas doctas, para ver si se podía excusar el sacarlos destos Reinos. Pero habiéndose sabido, que los de ese, y los de éste de Castilla pasaban adelante con su dañado intento, y he entendido por avisos ciertos, y verdaderos, que continuando su apostasía, y prodición, han procurado, y procuran por medio de sus embajadores, y por otros caminos, el daño y perturbación de nuestros Reinos, y deseando cumplir con la obligación que tengo de su conservación, y seguridad, y en particular la de ese de Valencia, y de los buenos, y fieles súbditos dél, por ser más evidente su peligro, y que cese la herejía, y apostasía; y habiéndolo hecho encomendar a nuestro Señor, y confiado en su divino favor: por lo que toca a su honra, y gloria, he resuelto que se saquen todos los Moriscos dese Reino, y que se echen en Berbería.
Y para que se ejecute, y tenga debido efecto lo que su Majestad manda, hemos mandado publicar el Bando siguiente:
- Primeramente, que todos los Moriscos deste Reino, así hombres como mujeres, con sus hijos, dentro de tres días de cómo fuere publicado este Bando en los lugares donde cada uno vive, y tiene su casa, salgan dél, y vayan a embarcarse a la parte donde el el Comisarios que fuere a tratar desto, les ordenare, siguiendole y sus órdenes: llevando consigo de sus haciendas muebles lo que pudieren en sus personas para embarcarse en las galeras, y navíos, que están aprestados para pasarlos a Berbería, adonde los desembarcarán sin que reciban maltratamiento, ni molestia en sus personas, ni lo que llevaren, de obra, ni de palabra. Advirtiendo, que se les proveerá en ellos del bastimento que necesario fuere para su sustento, durante la embarcación: y ellos de por sí lleven también el que pudieren. Y el que no lo cumpliere, y excediere en un punto de lo contenido en este Bando, incurra en pena de la vida, que se executará irremisiblemente.
- Que cualquiera de los dichos Moriscos, que publicado este Bando, y cumplidos los tres días fuere hallado desmandado fuera de su propio lugar por caminos, o otros lugares, hasta que sea hecha la primera embarcación, pueda cualquier persona sin incurrir en pena alguna prenderle, y desbalijarle, entregándole al Justicia del lugar más cercano; y si se defendiere, le pueda matar.
- Que, so la misma pena, ningún Morisco, aviéndose publicado este dicho Bando, como dicho es, salga de su lugar a otro ninguno, sino que estén quedos hasta que le Comisario que los ha de conducir a la embarcación, llegue por ellos.
-Item que cualquiera de los dichos Moriscos que escondiere, o enterrare ninguna de la hacienda que tuviere, por no la poder llevar consigo, o la pusiere fuego; y a las casas, sembrados, huertas, o arboledas, incurran en la dicha pena de muerte los vecinos del lugar donde esto sucediere. Y mandamos se ejecute en ellos, por cuanto su majestad ha tenido por bien de hacer merced destas haciendas, raíces, y muebles que no puedan llevar consigo, a los señores cuyos vasallos fueren.
- Y para que se conserven las casas, ingenios de azúcar, cosechas de arroz, y los regadíos, y puedan dar noticia a los nuevos pobladores que vinieren, ha sido su Majestad servido, a petición nuestra, que en cada lugar de 100 casas queden 6 con los hijos y mujer que tuvieren, como los hijos no sean casados, ni lo hayan sido, sino que esto se entienda con los que son por casar, y estuvieren debajo del dominio, y protección de sus padres; y en esta conformidad más, o menos, según los que cada lugar tuviere, sin exceder. Y que el nombrar las casas que han de quedar en los tales lugares, como queda dicho, esté a elección de los señores dellos, los cuales tengan obligación después a darnos cuenta de las personas que hubieren nombrado. Y en cuanto a los que hubieren de quedar en lugares de su Majestad a la nuestra. Advirtiendo, que en los unos, y en los otros han de ser preferidos los más viejos, y que sólo tienen por oficio cultivar la tierra, y que sean de los que más muestras hubieren dado de Cristianos, y más satisfacción se tenga de que se reducirán a nuestra santa Fe Católica.
- Que ningún cristiano viejo, ni soldado, ansí natural deste reino, como de fuera dél, sea osado a tratar mal de obra, ni de palabra, ni de llegar a sus haciendas a ninguno de los dichos moriscos, a sus mujeres e hijos, ni a persona dellos.
- Que ansimismo no les oculten en sus casas, encubran, ni den ayuda para ello, ni para que se ausenten, so pena de 6 años de galeras, que se ejecutarán en los tales irremisiblemente, y otras que reservamos a nuestro arbitrio.
- Y para que entiendan los Moriscos que la intención de su Majestad es sólo echarles de sus Reinos, y que no se les hace vejación en el viaje, y que se les pone en tierra en la costa de Berbería, permitimos queden 10 de los dichos Moriscos que se embarcaren en el primer viaje, vuelvan, para que den noticia dello a los demás. Y que en cada embarcación se haga lo mismo, que se escribirá a los Capitanes Generales de las Galeras, y armada de Navíos, lo ordenen así: y que no permitan que ningún Soldado, ni Marinero los trate mal de obra, ni de palabra.
- Que los muchachos y muchachas menores de 4 años de edad que quisieren quedarse, y sus padres, o curadores (siendo huérfanos) lo tuvieren por bien, no serán expelidos.
- Item los muchachos y muchachas menores de 6 años, que fueren hijos de cristiano viejo, se han de quedar, y su madre con ellos, aunque sea morisca. Pero si el padre fuere morisco, y ella cristiana vieja, él será expelido, y los hijos menores de 6 años quedarán con la madre.
- Item los que de tiempo atrás considerable, como sería de 2 años, vivieren entre cristianos, sin acudir a las juntas de las aljamas.
- Item los que recibieren el Santísimo SACRAMENTO con licencia de sus prelados, lo cual se entenderá de los Rectores de los lugares donde tienen su habitación.
- Item, su Majestad es serviso, y tiene por bien, que si algunos de los dichos Moriscos quisieren pasarse a otros reinos, lo puedan hacer, sin entrar por ninguno de los de España, saliendo para ello de sus lugares dentro del mismo término que les es dado.

Que tal es la Real y determinada voluntad de su Majestad, y que las penas deste dicho Bando se ejecuten, como se ejecutarán irremisiblemente. Y para que venga a noticia de todos, se manda publicar en la forma acostumbrada. Datis en el Real de Valencia, a 22 días del mes de Septiembre 1609. El Marqués de Caracena.

Por mandado de su Excelencia: Manuel de Espinosa.
La imagen data de principios del siglo XVII, cuando el rey Felipe III decretó la expulsión de los moriscos de España. El decreto se puso en práctica primeramente en el reino de Valencia, del que formaba parte el actual Alicante. Fue en 1609 cuando salieron de este puerto los moriscos, al igual que de otros como Denia, Valencia o Vinaroz. Este hecho justamente es el que plasman con exactitud los pintores Pere Oromig y Francisco Peralta en la obra tituladaExpulsión de los moriscos del puerto de Alicante, encargada por el Marqués de Caracena, en aquel momento Virrey de Valencia. 

Expulsión de los moriscos


22 DE SEPTIEMBRE DE 1609. EN VALENCIA, ESPAÑA.

SE PUBLICA UN EDICTO POR EL CUAL LOS MORISCOS SON EXPULSADOS CON LO PUESTO, LO QUE SIGNIFICARÁ OTRA DEBACLE PARA LA TAMBALEANTE MONARQUÍA ESPAÑOLA.

El fanatismo intolerante del Duque de Lerma y la abulia de Felipe III se combinan para una medida única por su dramatismo: la expulsión de los moriscos desde el territorio español. Los moriscos son fósiles sociales que han ido quedando desde los tiempos de la Hispania musulmana, musulmanes que después de las expulsiones de 1492 se han convertido al Catolicismo, pero han seguido siendo odiados y despreciados por los católicos viejos, con la estupidez irracional propia de todos los fanáticos religiosos que se sienten alguien porque pretenden que su beatería es mejor que la de su vecino. Nada de raro que los moriscos, al probárseles que la asimilación les está prohibida, opten por una actitud de sordina en contra de España, y amenacen constantemente con la rebelión, como lo han probado con las rebeliones emprendidas contra Felipe II.

La expulsión misma será todo un acto de crueldad. Los moriscos mismos, aunque católicos, serán expulsados al norte de Africa porque allá hay musulmanes, lo que quizás no haya sido tan malo habida cuenta de que la sociedad musulmana tiende a ser más integradora con los extraños que las católicas... pero sus hijos, para no ser enviados a naciones islámicas, son separados de sus padres y remitidos a Marsella en Francia, porque es más caritativo mantenerlos cristianos sin su familia, que conservarla a ésta y arrojarlos en brazos de moros. Se les concede tres días para abandonar la península, cargando apenas lo que puedan llevar encima, y no tienen derecho ni a juicio ni a sentencia. Tampoco se les protege de las iras del populacho, por más que el decreto en tabla dice que no les debe tocar ni con el pétalo de una rosa, etcétera.

A la larga, la expulsión resultará una estupidez: se ha temido que los moriscos representen una cabeza de playa del Imperio Otomano o de los señores de la guerra musulmanes en el norte de África en contra de España, pero España nada ha hecho para integrarlos y disminuir ese riesgo. Además su cultura del trabajo y la laboriosidad hacen visible contraste con el demasiado bien implantado aprecio por la apariencia, el lujo y la holganza sin dar palo al agua que poseen los españoles, y que los hacen detestar el trabajo de cualquier naturaleza por considerarlo indigno. El resultado de la expulsión de los moriscos, por tanto, será acentuar la parálisis económica que vive España, sustrayéndole fuerzas vivas a su mercado laboral y acentuando el predominio de los señoritos y caballeros que sólo despilfarran dinero y no hacen ninguna actividad productiva. Al día siguiente de la expulsión de los moriscos, el Imperio Español que es hegemónico en dos continentes, ha dado un paso más en su imparable declive hacia el Tercer Mundo.
                                                 
                                                                       "Moriscos en Granada", grabado de Joris Hoefnagel, 1564


Desarrollo de la expulsión
El 9 de abril de 1609 se tomó la decisión de expulsar a los moriscos. Pero el proceso podía suponer problemas debido a la importancia en factores de población de dichos habitantes. Se decidió empezar por Valencia, donde la población morisca era mayor y los preparativos fueron llevados en el más estricto secreto. Desde comienzos de septiembre, tercios llegados de Italia tomaron posiciones en el norte y sur del reino de Valencia y el 22 de ese mes el virrey ordenó la publicación del decreto. La aristocracia valenciana se reunió con representantes del gobierno para protestar por la expulsión, pues ésta supondría una disminución de sus ingresos, pero la oposición al decreto fue disminuida ante la oferta de quedarse con parte de la propiedad territorial de los moriscos. A la población morisca se le permitió llevarse todo aquello que pudiesen, pero sus casas y terrenos pasarían a manos de sus señores, con pena de muerte en caso de quema o destrucción antes de la transferencia.
A partir del 30 de septiembre fueron llevados a los puertos, donde como ofensa última fueron obligados a pagar el pasaje. Los primeros moriscos fueron transportados al norte de África, donde en ocasiones fueron atacados por la población de los países receptores. Esto causó temores en la población morisca restante en Valencia, y el 20 de octubre se produjo una rebelión morisca contra la expulsión. Los rebeldes fueron reducidos en noviembre y se terminó con la expulsión de los últimos moriscos valencianos. A principios de 1610 se realizó la expulsión de los moriscos aragoneses y en septiembre la de los moriscos catalanes.
La expulsión de los moriscos de Castilla era una tarea más ardua, puesto que estaban mucho más dispersos tras haber sido repartidos en 1571 por el reino después de la rebelión de las Alpujarras. Debido a esto, a la población morisca se le dio una primera opción de salida voluntaria del país, donde podían llevarse sus posesiones más valiosas y todo aquello que pudieran vender. Así, en Castilla la expulsión duró tres años (de 1611 a 1614) e incluso algunos consiguieron evadir la expulsión y permanecieron en España.
La deportación de los moriscos granadinos se realizó en columnas de 1.500 a 2.000 personas, escindidas en escuadras de 500 individuos. Cada columna seguía un itinerario particular con el fin de asegurar un mejor avituallamiento. Como media, la expedición recorría un poco más de 4 leguas al día, y para evitar que los más fuertes escapasen, se les ataba con esposas.
La opinión pública acerca de los moriscos se encontraba muy dividida entre los que consideraban que se debía dar tiempo a su cristianización, los que consideraban que se debía seguir tolerando y los que proponían expulsarlos.
La población morisca consistía en unas 325.000 personas en un país de unos 8,5 millones de habitantes. Estaban concentrados en los reinos de Aragón, en el que constituían un 20% de la población, y de Valencia, donde representaban un 33% del total de habitantes. A esto hay que añadir que el crecimiento de la población morisca era bastante superior al de la cristiana. Las tierras ricas y los centros urbanos de esos reinos eran mayormente cristianos, mientras que los moriscos ocupaban la mayor parte de las tierras pobres y se concentraban en los suburbios de las ciudades.
En Castilla la situación era muy distinta: de una población de 6 millones de personas, entre moriscos y mudéjares sólo juntaban unos 100.000 habitantes. Debido a este mucho menor porcentaje de población y a la positiva experiencia con los antiguos mudéjares, los cuales llevaban siglos conviviendo con la población cristiana, el resentimiento hacia los moriscos en la corona de Castilla era menor al de la población cristiana de la corona de Aragón.
Un gran número de eclesiásticos apoyaban la opción de dar tiempo, una opción en parte apoyada por Roma, pues consideraban que una total conversión requería de una prolongada asimilación en las creencias y sociedad cristianas. La nobleza aragonesa y valenciana era partidaria de dejar las cosas como estaban, pues éstos eran los grupos que más se beneficiaban de la mano de obra morisca en sus tierras. El campesinado, sin embargo, los veía con resentimiento y los consideraba rivales.
Entre los defensores de la expulsión se cuenta a Jaime Bleda, inquisidor de Valencia, donde la población morisca era la más numerosa, quien propuso al rey la expulsión de los moriscos. En un principio la idea no fue considerada por el gobierno, pero la misma fue propuesta de nuevo por el arzobispo de Valencia, Juan de Ribera, que apoyaba la expulsión al considerarlos herejes y traidores, a lo que el arzobispo añadió una característica que hizo la proposición bastante atractiva: el rey se podría beneficiar de la confiscación de bienes y propiedades de la población morisca e incluso esclavizarlos.
La política acerca de la población morisca hasta 1608 había sido la de conversión, aunque con anterioridad Carlos I (en 1526) y Felipe II (en 1582) hubiesen insinuado y pretendido una medida más radical. Sin embargo, fue a partir de 1608 cuando el Consejo de Estado comenzó a considerar la opción de la expulsión y en 1609 recomendó al rey tomar dicha medida.


Consecuencias
El Consejo de Castilla evaluó la expulsión en 1619 y concluyó que no había tenido efectos económicos para el país. Esto es cierto para el reino de Castilla, ya que algunos estudiosos del fenómeno no han encontrado consecuencias económicas en los sectores donde la población morisca era menos importante. De hecho, el quebranto demográfico no podía compararse, ni de lejos, al medio millón de víctimas de la gran peste de 1598-1602, cinco veces más que el número de moriscos expulsados en dicho reino. Sin embargo, en el Reino de Valencia supuso un abandono de los campos y un vacío en ciertos sectores al no poder la población cristiana ocupar el gran espacio dejado por la numerosa población morisca. En efecto, se estima que en el momento de la expulsión un 33% de los habitantes del Reino de Valencia eran moriscos, y algunas comarcas del norte de Alicante perdieron a prácticamente toda su población, que tanto en esta como en otras zonas fue necesario reponer con incentivos a la repoblación desde otros puntos de España.
La expulsión de un 4% de la población puede parecer de poca importancia, pero hay que considerar que la población morisca era una parte importante de la masa trabajadora, pues no constituían nobles, hidalgos, ni soldados . Por tanto, esto supuso una merma en la recaudación de impuestos, y para las zonas más afectadas (Valencia y Aragón) tuvo unos efectos despobladores que duraron décadas y causaron un vacío importante en el artesanado, producción de telas, comercio y trabajadores del campo. Muchos campesinos cristianos además veían cómo las tierras dejadas por la población morisca pasaban a manos de la nobleza, la cual pretendía que el campesinado las explotase a cambio de unos alquileres y condiciones abusivas para recuperar sus “pérdidas” a corto plazo. Por otra parte, la expulsión convirtió a los campesinos moriscos en aliados de los piratas berberiscos que asaltaron las costas mediterráneas españolas durante cerca de un siglo.

Vindicación posterior de los moriscos
Cervantes señalaba ya en la historia de Ricote incluida en el Quijote las consecuencias humanas de la expulsión de los moriscos. El humanista judeoconverso y antiescolástico Pedro de Valencia, discípulo y testamentario del hebraísta Benito Arias Montano, escribió con su Tratado acerca de los moriscos de España, inédito hasta 1979, la defensa mejor argumentada de la causa de los expulsos. Igualmente, elDiálogo de consuelo por la expulsión de los moriscos (Pamplona, 1613) de Juan Ripol se singulariza por contener argumentados ambos puntos de vista y sostener una dura crítica al proceso de evangelización y al despoblamiento y crisis económica que causó la medida.


Cronología
  • 711. Invasión de la península Ibérica por algunos pueblos de religión musulmana.
  • 1492. Rendición del Reino nazarí de Granada, dando fin a la Reconquista, en cuya capitulación se respetaba la religión islámica de sus habitantes.
  • 1499. Conversión forzosa de los granadinos por el Cardenal Cisneros
  • 1501-02. Pragmática de conversión forzosa del Cardenal Cisneros dando a elegir a los musulmanes del reino de Castilla entre el exilio y la conversión: los mudéjares del Medioevo pasaron a ser así pura, y simplemente moriscos
  • 1516. Se les fuerza a abandonar su vestimenta y costumbres, aunque la medida queda en suspenso por espacio de diez años
  • 1525-26. Conversión por edicto de los moriscos de Aragón y Valencia.
  • 1526. Rebelión de Espadán, en la sierra del mismo nombre cerca de Segorbe, al sur de la provincia actual de Castellón.
  • 1562. Una junta compuesta de eclesiásticos, juristas y miembros del Santo Oficio prohíbe a los granadinos el uso de la lengua árabe.
  • 1569-70. Rebelión de las Alpujarras y guerras de Granada. Los moriscos alpujarreños son reasentados y dispersados por tierras de Castilla-La Vieja.
  • 1571, 7 de octubre. Batalla de Lepanto ganada por la Liga Santa (1571), liderada por España contra el Imperio Otomano.
  • 1588-1595. Aparecen en Granada los falsos Plomos del Sacromonte y los manuscritos de la Torre Turpiana, intento desesperado de un grupo de moriscos de legitimar su estancia en España.
  • 1609, 9 de abril. El Duque de Lerma firma la expulsión de los moriscos de todos los reinos de España.
  • 1609, 30 de septiembre. Empieza la expulsión de los moriscos valencianos.
  • 1609, el 20 de octubre se produce una rebelión morisca contra la expulsión, pero los rebeldes son reducidos en noviembre.
  • 1610. Se expulsa a los moriscos aragoneses.
  • 1610, septiembre. Se expulsa a los moriscos catalanes.
  • 1611-1614. Se expulsa a los moriscos de tierras de Castilla.


miércoles, 13 de junio de 2012

Andalusies ilustres, Al-Zaqqaq


IBN AZ-ZAQQAQ





Andalusies ilustres
Es difícil la traducción del nombre debido al alfabeto árabe. También se le conoce por Al-Zaqqàq Al-Axarquie (es decir Al-Zaqqâq el axarquíco). En la época del Al-Andalús, la axarquía o levante, o oriente significaba la costa levantina o actualmente la Comunidad Valenciana.
Se puede decir Az-Zaqqaq ó Al Zaqqaq, depende del contexto ambas son correctas en árabe.

Es curioso que siendo un poeta de familia original norte africana, toda su poesía canta a las flores, el vino y las hermosas mujeres. Todo un hedonista.
Abu-l-Hasan ‘Ali ibn ‘Attiyat Allah ibn Mutarrif ibn Salma, conocido como Ibn Az Zaqqaq, debió nacer hacia finales del siglo XI, puesto que se dice que murió sin cumplir los cuarenta, entre los años 1133 a 1135. Su “nisba” que traducido quiere decir originario, termino usado por artistas en la actualidad “Al Balansí”, con la que normalmente se le conoce, le asigna origen valenciano, aunque este término se encuentra sin referencias que permitan confirmarlo plenamente. Lo que si es cierto es que su vida discurrió en la Valencia almorávide de aquellos años.

Era sobrino, por vía materna, del famoso poeta de Al yaziira (Alcira), Abu Isaac Ibrahim ibn Jafaya,    tal vez el más célebre de su época, de donde el joven Hasan debió heredar las dotes para la métrica poética. Se desconocen en gran medida sus datos biográficos, aunque existen anécdotas acerca de su condición y de su temprana afición y habilidad para las composiciones poéticas. Se sabe que estudió bajo la dirección de Abu Muhammad ibn al Sid al Batalyawsi, de afamada reputación en la Valencia de aquel tiempo y que por su parte, tuvo como discípulo a  Abu Bakr ibn Rizq Allah.

Su corta vida, fue tal vez una vida cómoda y feliz, a juzgar por el contenido de sus propios versos y como deduce Emilio García Gómez de su propio epitafio. Era la época almorávide, tiempo de reforma y de austeridad en las formas, por lo que para un literato, no debieran ser buenos tiempos, aunque los círculos culturales del momento rondaban en torno a los grandes señores y cámaras de palacio, navegando sin duda los poetas en las aguas del panegírico y la adulación a costa de aquellos más vanidosos. Se sabe que los versos de Az Zaqqaq eran muy apreciados en el entorno social de su época.

Ibn az Zaqqaq representa junto con su tio Ibn Jafaya, la más alta representación de las composiciones líricas del Sharq al Andalus, es decir el levante ibérico durante la época musulmana. Fue Valencia durante la época andalusí, una ciudad rica y próspera, muy culturizada en el ámbito de lo arábigo, sin duda alguna a causa de sus fértiles vegas, como lo fueran los grandes valles del Guadiana (Wadi ‘ayn), Genil (Xinil) o Guadalquivir (Wadi al Kabir). Sus gobernadores eran visires poderosos, por un lado dada la distancia del centralismo Omeya en Qurtuba (Cordoba), por otra, por la riqueza de su territorio. Estas sedes palatinas o emirales mantenían un sofisticado aparato cortesano y burocrático, en el que la música y la poesía florecían al amparo de las más refinadas sensibilidades de algunos mecenas. Con el desmembramiento del califato y la llegada de los taifas el reino oriental atraviesa una época de agitación militar y política que afecta como es de esperar a todos los ámbitos sociales. Es la época de Ibn Az Zaqqaq, cuando la conquista almorávide trae un breve sosiego político a la ciudad del Turia. Pasada la época en que Rodrigo Diaz de Vivar (el Cid) dirigió los destinos de la ciudad, la tendencia arabizante cobró nuevo vigor. “Cuando la literatura arábigoandaluza desfallece en el clima hostil de la dominación almorávide, Valencia por el contrario, constituye un islote sólido, sano y fecundo…..Ahora es transparente, y, en una lengua muy pura, y muy aguzado el filo de sus medios expresivos” (GARCIA GÓMEZ, 1986). Entonces, las manifestaciones culturales se revitalizan. Si bien en los centros antes prósperos del ahora reciente despedazado califato, la vida política es un torbellino que no deja lugar para el cultivo del espíritu y sus expresiones más mundanas, cuando la poesía ha pasado su cenit en el resto peninsular, en el Sharq al Andalus, posee más vigor que nunca. A la cantidad y calidad de la prestigiosa producción de su tío Ibn Jafaya, el joven Az Zaqqaq le supera con su elevada retórica. La expresividad metafórica de Ibn az Zaqqaq es única en su tiempo, siendo considerado como el mejor poeta de su tiempo. Su imaginación y sensibilidad son de lo más refinado y elevado que puede encontrarse en la poesía del solar ibérico desde entonces hasta hoy en día.


EL SALUDO
Más delgado que el céfiro es su aroma;
pasmo su talle de la erguida palma.
La vi pasar con dulce contoneo,
desenvainando el sable de sus ojos.
Los dedos a los labios (yo pensaba:
¿es hora de cortar las margaritas?)
llevó y besó por saludarme. “¡Ay mano,
mi boca musitó, cómo te envidio!”

LA MIRADA
Los ojos de ese ciervo me asesinan.
Su languidez mi languidez provoca.
Desnuda sin cesar para matarme,
la espada son que sólo envaina el sueño.

NOCHE DE AMOR
Tan quebradizo y frágil es su talle
como opulenta y pingüe su cadera.
Corta es la noche y vuela, si ella viene,
no de otras alas que el placer llevada.
No hay delicia mayor que su visita.
Una aurora me abraza hasta la aurora,
tahalíes sus brazos en mi cuello,
los míos ceñidor de su cintura.

EL CINTURÓN Y EL BRAZALETE
Me visitó de noche, y hasta el alba
abracé un ramo frágil. Desceñida
luego la vi y envuelta en su perfume.
“Oye, mujer, ¿del cinturón qué hiciste?”
Señaló su muñeca: “Aquí lo he puesto
dijo; en el talle me quedaba flojo.”

         LA NOCHE BREVE
En las sombras nocturnas vino a verme,
púdica y fiel, la deliciosa virgen.
Las copas que me dio fueron luceros
que el poniente encontraron de mis labios.
Más la noche corrió vertiginosa,
como un negro caballo gigantesco,
y me dijo, al partir, cuando en lo oscuro
ya reían los dientes de la aurora:
“Pues veo que te bebes las estrellas,
con miedo escapo, por salvar las mías”.

          BEBIENDO AL ALBA
El juez del alba a las tinieblas prende.
¡Sobre el césped mojado servid vino!
Nos contemplan sus vasos con burbujas
que suplen a otras lánguidas miradas.
No se apagaron los luceros: sólo
se mudaron del cielo a los arriates.

   LA MARGARITA ESCONDIDA
Allá  al albor, nuestro copero grácil
llenaba y avivaba nuestros vasos.
Nos mostraba el jardín sus amapolas;
nos daba el arrayán su aroma de ámbar.
“Pero ¿y la margarita?”, “Del copero,
dijo el vergel, yo la celé en la boca”.
El mozo lo negaba, y a la postre
delató su sonrisa el escondite.

       LA BELLA EMBRIAGADA
Era alegre esplendor de mi jornada
su esbeltez singular y luminosa.
Vino me daba; pero a veces era
su misma boca mi inebriante vino.
Néctar y labios apuraba a un tiempo
(ambrosía en cristal y en margaritas);
en sus mejillas sendos arreboles
besaba, circundados de la aurora,
y cuando, al fin de la embriaguez vencida,
ramo era leve que curvaba el viento,
dábale yo por cabezal mis hombros,
y el alba amanecía entre mis brazos.

   AMANECER EN LA MARINA
Nace el sol. Las espadas de sus rayos
hieren, blancas, la hueste de las olas,
que en lorigas brillantes las aguardan.
Se cruzan desafíos de fulgores.

        DIA DE TORMENTA
Lloran los tristes ojos de la nube.
Zurea la paloma en su alto ramo.
¡Coge el placer en el jardín! La aurora
entre arrayán y vino celebremos,
mientras los cielos la mejilla mustia
de la tierra con lágrimas recorren,
y brillan los relámpagos que envía
como nafta inflamada el arco iris.

                EL ARREBOL
Purpúreo traje se vistió el ocaso,
del rosado color de un bello rostro:
vislumbre de un sol claro, como deja
huella el pudor en la mejilla amada.
De poder, con afán lo bebería
y no licor; que, de su amor perdido,
tanto mojo de lágrimas mis ropas,
que las de un náufrago parecen.

    FLORES DE GRANADO
Flotaban unas flores de granado
en la charca azul. ¡Qué maravilla!
El vino colorado se congela
en un cáliz de plata que se funde.

CASTIGO DE LAS AMAPOLAS
Crucé por los arriates de amapolas.
Jugando andaba el céfiro, y la lluvia
con su fusta de azogue flagelaba
las florecillas de color de vino.
“Qué delito fue el suyo?” “Que robaron
el lindo carmesí de las mejillas”.

   MADRIGAL A MUHAMMAD
Si alcanzara la rosa sus deseos,
ser quisiera la tez de tu carrillo.
Esmeralda es la murta, pero acaso
por tu aladar con gusto se trocara.
Y si al cielo le dieran sus antojos,
sol y luna cambiara por Muhammad.

      LA LUNA NUEVA
Atisbando del mes la luna nueva,
giraban por el cielo las pupilas,
cuando surgió, como de hurí los ojos,
en la flor de la edad, resplandeciente.
“Bienvenida, le dije, bienvenida,
más tú que el vino embriagadora, luna!
¿Te buscan, incipiente, en los espacios,
y andas ya, en plenilunio, por las calles?”

    EPITAFIO DE UN GUERRERO
¿No lloran las espadas a este mozo
cuyo noble vivir truncó la muerte?
Cayó cuando, en lo negro de la liza,
llameaban las lumbres de la sangre.
“La herida abrió la lengua de la lanza
dicen, no el filo de aguzado acero”.
Ved cómo al mar asesinó una gota;
cómo a la luna apuñaló una estrella.

     EPITAFIO DE SI MISMO
De vuestro lado me robó la muerte,
inexorable ley de los humanos.
En ella os precedí; pero a la postre,
no tardaremos en hallarnos juntos.
Decid, por vida vuestra y por mi sueño:
¿No fue nuestro vivir una delicia?
Ore por mí quien por mi tumba pase,
y pague a la amistad la fe jurada.

LAS ROSAS
Las rosas se han esparcido en el río y los vientos,
al pasar, las han escalonado con su soplo
como si el río fuese la coraza de un héroe desgarrada
por la lanza y en la que corre la sangre de las heridas.



ابن الزقاق البلنسي
490 - 528 هـ / 1096 - 1134 م
علي بن عطية بن مطرف أبو الحسن اللخمي البلنسي بن الزقاق البلنسي.
شاعر، له غزل رقيق، ومدائح اشتهر بها.

عاش أقل من أربعين عاماً، وشعره أو بعضه في (ديوان خبالظاهرية.




أَقبَلتْ تمشي لنا مَشْيَ الحُبَابِ 



ابن الزقاق البلنسي 

أَقبَلتْ تمشي لنا مَشْيَ الحُبَابِ 
ظبية تفتر عن مثل الحبابِ 
كلما مالَ بها سُكرُ الصِّبا 
مال بي سكرُ هواها والتصابي 
أشعرت في عبراتي بخلاً 
اذ تجلّت فتغطت بنقابِ 
كذُ كاءِ الدّجن مهما هطلت 

عَبْرَة ُ المُزْنِ توارتْ بالحِجابِ 





سرى وهناً وليلتنا 
ابن الزقاق البلنسي 



سرى وهناً وليلتنا 
كلمَّتِهِ أو السَّبَجِ 
يُديرُ عليَّ صافية 
ً تضوع لعرفه الأرجِ 
وبينهما معتقة 
من اللَّحظَاتِ والفَلجِ 
فنلت السكر من خمر 

ومن ثغر ومن غنج 



viernes, 1 de junio de 2012

Música Luis Delgado, moderno artista andalusí


Luis delgado

El polifacético músico Luis Delgado nació en Madrid en 1956. A los 14 años dio su primer concierto con la Orquesta de Laúdes Gaspar Sanz, con cuyo director, D. Manuel Grandío realizó sus estudios musicales fundamentales. También ha realizado cursos de música hindú, iraní y andalusí, así como de percusión africana. 
En su carrera musical que abarca varias ramas —compositor, intérprete, productor, coleccionista de instrumentos originales...—, Luis Delgado ha pertenecido a formaciones musicales de diversos estilos: Imán, de rock andaluz; Atrium Musicae, de música antigua; el grupo de música medieval de Eduardo Paniagua, del grupo hispano marroquí Ibn-Baya; el quinteto de música arábigo andaluza Calamus; Finis Africae, de fusión étnica; La Musgaña, de música tradicional, etc. Ha realizado giras por Europa, Estados Unidos, Canadá, Norte de África, Turquía, Egipto, Líbano...
Actualmente compagina su trabajo como solista con la co-dirección, junto a Cesar Carazo, del "Quarteto Medieval de Urueña", con su colaboración en el grupo Occitano de música medieval "Le Tre Fontane" y como solista en directo con Amancio Prada. También es asesor musical y compositor del Planetario de Madrid desde su inauguración hasta la fecha.
Ha sido productor con María del Mar Bonet, Nuestro Pequeño Mundo, Luis Paniagua, Emilio Cao y muchos otros. En 1985 fundó una productora de nuevas músicas, "El Cometa de Madrid", que ha editado una docena de discos y ha obtenido un galardón del Ministerio de Cultura.
Ha compuesto y producido varias bandas sonoras para programas de televisión, entre las que sobresale la de Alquibla, serie sobre el mundo árabe con guión de Juan Goytisolo y dirección de Rafael Carratalá. Igualmente, ha creado obras para ballet, como "Arrayan Daraxa" y "Jaleos", ambas para Víctor Ullate, y para teatro, como "Lope de Aguirre, traidor" y "Entremeses de Cervantes", dirigidas por José Luis Gómez, y "Divinas Palabras" de Valle Inclán y "Un Enemigo del Pueblo" de Ibsen, dirigidas por Gerardo Vera para el Centro Dramático Nacional.
Luis Delgado, miembro honorario del Grand Ole Opry —máxima entidad de la música tradicional americana— y presidente de la Asociación Ibérica de la Zanfona, ha publicado siete discos en solitario antes de El sueño de Al-Zaqqâq, y 20 como miembro de diversos grupos, y ha colaborado en más de cien grabaciones.

El sueño de Al-Zaqqâq es sin duda una obra maestra. La crítica ha sido unánime en su valoración, y Todas las Novedades, rigurosa revista de información discográfica, la ha calificado como el mejor CD de música étnica de 1997.
En el 2000 Luís Delgado lanza junto a Nubenegra otro gran proyecto, El hechizo de Babilonia. Esta vez es la poesía femenina de Al-Andalus, producida en la que es hoy territorio español, en los siglos XI y XII la protagonista. Este último album cuenta con la participación de tres voces femeninas excepcionales -María del Mar Bonet, Mariem Hassan y Herminia Hugenel- de procedencia muy diversa pero perfectamente integradas en esta aventura junto a grandes músicos como Hossan Ramzy, uno de los grandes de la percusión árabe, Jaime Muñoz, más sutil que nunca con los vientos, y Serghini el Arabí, contrapunto perfecto a las voces femeninas. Una joya que el año 2000 obtuvo el galardón de "Mejor disco de nuevas músicas"que la SGAE y AIE otorgaron en la 5ª edición de los premios de la música. Más información en musicasdelmundo.org El reino de los cielos, de Riddley Scott, incluye en su banda sonora Balansiya y Epitafio dos creaciones de Luis Delgado, más en: musicasdelmundo.org
Discos:

Shanti
El hechizo de Babilonia
El sueño de Al - Zaqqâq
Tanger
As-Sirr


English
Luis Delgado was born on 7/16/1956 in the quarter Chamberi in Madrid. At the age of fourteen he did his first concert with the orchestra of Laúdes, "Gaspar Sanz", whose director, D. Manuel Grandío, taught him most of what he knows about music. Luis also took classes in Hindu, Iranian and Andalusian music, as well as in African percussion.
The musical spectrum of the Spanish multi-instrumentalist, composer and producer ranges from Ambient to different kinds of traditional and ethnic music, and even includes medieval and ancient music. Luis Delgado has worked with all kinds of groups, like "Iman" (Andalusian rock), "Atrium Musicae" (antique music), "Babia" (east-west-fusion), "Finis Africae" (ethnic fusion), "Cálamus" (Spanish medieval music), "La Musgaña" (traditional music), Spanish-Moroccan group "Ibn Baya" etc.
In the last years he has been touring in Europe, USA, Canada, North-Africa, Turkey, Egypt, Lebanon and many more countries.
As a producer he has worked among others with Amancio Prada, Joaquín Díaz, María del Mar Bonet, Nuestro Pequeño Mundo, Luis Paniagua, Emilio Cao and has collaborated in recordings of "Alfonso X El Sabio", Pablo Guerrero, Oscorri, Vainica Doble, Kepa Kunkera etc.
Apart from his work as an interpreter and composer, at the moment he forms part of the "Quarteto Medieval de Urueña", works with the French ensemble of medieval music "Le Tre Fontane", the trio of Andalusian music "Riyad al-Hubb" and Joaquín Saura's "Academia de Música Leonardina".
The most important prices he has been offered are the titulation of honorary member of the "Grand Ole Opry", highest entity of traditional American music, "Premio de la Música" and "Premio Trovador", both in 2001.
Luis Delgado is also working as a composer and musical adviser for the "Planetario de Madrid" and has been working for the Planetariums of New York, Pamplona, Cuenca, La Coruña and San Sebastián.
In 1985 he founded a production company for new kinds of music, "El Cometa de Madrid", which released various albums and won a price for fostering new Spanish authors, offered by the Ministry of Education.
Luis Delgado has composed and produced various soundtracks for television programs. Outstanding is the soundtrack of Alquibla, a serial about the Arabian world, written by Juan Goytisolo and directed by Victoria Prego. Besides he has created the music for the documentary "Al-Andalus" for the exhibition the Metropolitan Museum of New York did in the Alhambra, the documentary serial for Spanish Television (TVE) "Un Mundo Sin Fronteras" (a world without frontiers) about the work of the NGO and, in cooperation with José María Silva, the dramatic serial "Don Juan Tenorio", directed by José Luis García Berlanga.
Among the pieces he composed for ballet there are three important ones, all for Victor Ullate, which are "Arrayan Daraxa" performed as the final act of the Expo ´92 before the Majesties of Spain, "Jaleos", performed for the first time in the City Center of New York and "Seguiriya", first performed in the Liceo in Barcelona.
Some of his outstanding works for theatre are "Lope de Aguirre, traidor", written by José S. Sinisterra; "El retablo de la Avaricia, la Lujuria y la Muerte" by Valle Inclán; "Los Entremeses" written by Cervantes and directed by José Luis Gómez. For the "Teatro de la Abadía" in Madrid he has composed the music for "El Señor Puntila y su Criado Matti", written by Bertold Brecht and directed by Rosario Ruiz, and for the "Compañía Nacional de Teatro Clásico" he composed the music for "El caballero de Olmedo" by Lope de Vega, directed by José Pascual.
Luis Delgado has published 20 solo albums and 29 albums as a member of various groups, produced more than 40 works and participated in more than 100 recordings.
In 1997 he started to work with Arabic-Andalusian poetry of the Spanish middle Ages. He dedicated the first album of that series to the work of Al-Zaqqâq, who inspired him to compose twelve themes, five vocal and seven instrumental pieces. More than a recreation of Andalusian music it is a personal work, settled in the extremely rich legacy of the Arabian culture left for the Spanish peninsula. The critics were unanimous in their appreciation of El sueño de Al-Zaqqâq. In 1997 "Todas las Novedades" named the album to be the best album of ethnic music.
In the year 2000 Luis Delgado started to occupy himself with Andalusian female poetry of the 11th and 12th century. In El hechizo de Babilonia three exceptional female voices take part - María del Mar Bonet, Mariem Hassan and Herminia Hugenel - all of diverse origins but perfectly integrated in this adventure shared with great musicians like Hossam Ramzy, one of the best in Arabic percussion, Jaime Muñoz on flutes and Serghini el Arabí, perfect counterpart to the feminine voices.
The album is a jewel that in the same year won the price "Mejor disco de nuevas músicas" (Best album of new music), offered by the SGAE and AIE.
The trilogy is completed with Tánger, which was recorded during a concert in the antique synagogue Ets Haim (The tree of life), which now is the residence of the Foundation Lorin. New compositions as well as extracts of Luis Delgado's former works, recorded this time only using acoustic instruments, form an intense and truly beautiful album. The participating musicians are: Luis Delgado (santur, Andalusian oud), El Arabi Serghini Mohammed (voice, viola), Jaime Muñoz (kaval, bamboo-flutes, clarinet) - those three musicians have participated in all three albums - Akrin Larbi (oriental oud), Jamal Ben Allal (violin), David Mayoral (darbucas and other percussions), and Cuco Pérez (accordion).




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