Unieron
como nadie el hard-rock con las músicas andaluzas y árabes
Biografía de Mezquita
por Julián Molero
Hacia 1970 los jóvenes cordobeses con
inquietudes musicales se juntaban en la Plaza Séneca o en el patio
de La Mezquita. De esas inacabables conversaciones surgen dos grupos
de adolescentes, casi chiquillos, que se hacían llamar Retorno y
Expresión. Amigos y rivales empiezan a actuar allá donde pueden dar
rienda suelta a sus instintos artísticos, copiando malamente a Jimi
Hendrix, que era el icono del momento. Casi una década después esos
dos grupos de mozalbetes habían transformado sus denominaciones para
convertirse en dos nombres básicos del rock nacional: Medina
Azahara y Mezquita, no sin antes pasar un tiempo intentando
infructuosamente abrirse camino en Madrid.
Hoy Mezquita es recordado por los
amantes del género como uno de los mejores ejemplos del rock
andaluz y aún se comenta en algunos foros de aficionados la
tremenda diferencia de calidad entre sus dos trabajos. Todos
coincidimos en algo: en su relativamente corta trayectoria bajo el
nombre de Mezquita dejaron grabado uno de los tesoros de la música
progresiva española.
Difícil elegir un tema, pero los podéis ver actualmente, no han perdido un ápice de calidad y suenan mejor que en el disco.
Fui
el más libre de los gorriones,
fui
un águila y un tiburón,
fui
como en la selva el león,
fui
un ave de presa
que
atrapaba al tigre y a la paloma más bella,
y
dejaba a la hormiga, para otra aves de presa,
porque
sin ellas no era, ay como un león en la selva.
Jerusalem la ciudad de las dos paces,
concierto en Fez en junio del año 2010 a cargo del maestro Jordi
Savall y una orquesta compuesta por magistrales músicos y cantantes.
Concierto cantado en varios idiomas que narran la historia de
Jerusalem en tiempos de Judíos, cristianos y musulmanes.
El único cometido es disfrutar de la
buena música y pensar que la paz es tan necesaria como anhelada.
“El peor enemigo del hombre es la
ignorancia” manifestó Jordi Savall el pasado año cuando recibió
el premio Léonie Sonning Music 2012, considerado como el Nobel de la
música.
Savall opina que la música antigua
sigue evolucionando, aunque parezca una paradoja. “Hay mucha gente
joven investigando y trabajando para ampliar nuestro conocimiento de
esa música”, destaca. “El problema es el poco apoyo que reciben
en sus esfuerzos. Y en este contexto de crisis la situación es muy
delicada. La sanidad es importantísima; el empleo, fundamental, pero
no debemos olvidar la cultura. La cultura no es en absoluto algo
secundario. Cuando a Churchill en 1945, con el país en ruinas, le
dijeron que había que recortar la cultura un 15%, dijo: ‘¿Y para
eso hemos ganado la guerra?’, y se negó. El peor enemigo del ser
humano es la ignorancia, además del odio”.
En este vídeo que dura más de dos horas podemos ver también interpretar a Montserrat Figueras, fallecida hace poco tiempo y esposa de Jordi Savall. La saga musical continua con la hija de ambos Arianna Savall y el hijo Ferran Savall.
Jerusalén es
el resultado de un reto. El protagonista es el violonchelista y
musicólogo Jordi Savall. Quería tratar un asunto tan quebradizo
como las tres principales religiones monoteístas -judía, cristiana
y musulmana-. El trabajo de Savall se condensa en un libro de 400
páginas en ocho idiomas y dos discos de 78 minutos en el que se
evocan momentos esenciales de su música. "La historia y los
sonidos de Jerusalén constituyen el reflejo de una vivencia única.
En ella, las guerras y los conflictos más extremados van de la mano
de los hechos y los gestos más elevados y espirituales de toda la
historia de la humanidad"
Jerusalén:
Parece
una amarga ironía que a esta ciudad se le llame "Princesa de la
Paz". Desde hace dos mil años no ha habido paz en Jerusalén,
la ciudad en que aconteció la pasión, muerte y resurrección de
Jesucristo. En ningún lugar santo del mundo han corrido tales ríos
de sangre como aquí. En ningún lugar se ha luchado con tal ardor,
se ha odiado tan profundamente como en la pequeña ciudad en las
calvas, grises colinas rocosas de las montañas de Judá. Tres
religiones mundiales -judaísmo, cristianismo e islamismo- hicieron
de ella la manzana de la discordia de su creencia. Sin embargo,
tampoco en ningún lugar se han rezado tantas oraciones como en
Jerusalén. Pues, según intenta explicarlo el escritor Peter Bamm en
su libro Lugares de la cristiandad primitiva:
El
motivo de las rencillas acerca de Jerusalén fue siempre la
exageración de una virtud, la virtud de la piedad.
Desde los días de Jesucristo, la
ciudad ha sido conquistada once veces y destruida totalmente cinco.
Mas sus ruinas siguen guardando los recuerdos del pasado, aunque,
según opinión de los arqueólogos, la Jerusalén bíblica descansa
bajo una capa de cascotes de 20 m de altura. Por ello resulta tan
problemático querer reencontrar, como viajero de hoy, la Jerusalén
de hace 2000 años. En el año 70 d. de J.C. ocurrió lo que Cristo
había predicho: "Jerusalén será hollada por los gentiles,
hasta que se cumpla el tiempo de las naciones." Las legiones de
Tito hicieron que la ciudad cayese pasto de las llamas. Al mismo
tiempo se roturaron completamente sus alrededores en un radio de 18
km, convirtiéndolos con ello en un desierto calcáreo que aún
subsiste hoy. Se derribó la triple muralla, se destruyó y se
mancilló el templo de los judíos. Más tarde, los romanos
destruyeron totalmente sus pobres restos, cuando los judíos
intentaron desprenderse del yugo romano, bajo las órdenes de Ben
Kochba (nombre transmitido hasta nosotros por medio de los "rollos
del Mar Muerto"). Adriano fundó, sobre las ruinas, una nueva
ciudad, Aelia Catolina. Doscientos años más tarde llegó desde
Bizancio la piadosa emperatriz Elena para buscar los lugares santos.
Buscó y halló el Santo Sepulcro. Desde ese instante, Jerusalén se
convirtió en juguete de la historia. En el año 614 fue destruida
por los persas, en 637 conquistada por el califa Omar, en 1072 por
los seljúcidas, en 1099 por cruzados cristianos. En el año
1187, el sultán Saladino volvió a arrebatar la ciudad a
los caballeros francos, en 1617 asaltaron sus muros turcos osmanlíes.
En 1917 entró en la ciudad el ejército inglés. Y desde 1948,
Jordania e Israel luchan denodadamente por la posesión de la "Ciudad
Santa". Por mediación de las Naciones Unidas se concertó un
armisticio. Ambos contrincantes se quedaron con la parte de la ciudad
que en aquel momento ocupaban. Surgió una frontera tan casual como
absurda. Una salvaje franja con barreras antitanques y alambres de
espinos dividió lo que durante milenios había sido una unidad. Un
solo acceso unía ambas partes de Jerusalén: la Puerta de
Mandelbaum.
El Muro de las Lamentaciones:
Los
jordanos prohibieron a los judíos rezar ante el máximo santuario
del pueblo hebreo, el Muro de las Lamentaciones. Este muro es el
último resto del templo destruido por los romanos. Está compuesto
de gigantescos sillares de hasta 1,80 m de alto y 11 m de largo. Once
hiladas están cubiertas por las ruinas, catorce aún son visibles.
Desde la "guerra relámpago" de Israel en la península de
Sinaí en junio de 1967 y la conquista de la ciudad antigua de
Jerusalén, los judíos piadosos pueden volver a cumplir sus
oraciones ante el Muro de las Lamentaciones. Los viernes y días de
fiesta, hombres de largas barbas grises besan las piedras, llorando
la destrucción del templo. ¨Podrán arrodillarse también ante el
Muro de las Lamentaciones en el futuro? Nadie conoce aún la
respuesta. Aún no ha llegado a su fin la tragedia de la "Ciudad
Santa".
Santuarios
cristianos:
Los santuarios cristianos en Jerusalén han tenido que
soportarlas mismas desgracias que los hebreos. Para los cristianos es
el monte Calvario y el Santo Sepulcro, que en realidad son un solo
lugar, el polo alrededor del cual gira todo en Jerusalén. Se camina
por un laberinto de intrincadas callejas y de repente se llega ante
la fachada románica de la basílica del Santo Sepulcro. Hace una
impresión sombría y decadente. Están representados en ella todos
los estilos arquitectónicos de los últimos mil años. En la entrada
se topa, para gran sorpresa, con el islam: según un antiquísimo
privilegio, el portal de la basílica es abierto por una familia
musulmana. En el centro del gigantesco recinto está la iglesia del
Sepulcro dentro de un rosario de capillas, todas las cuales hacen
referencia a la historia de la salvación. Una de las capillas está
construida sobre la roca del Gólgota. Un hoyo enmarcado en plata
indica el lugar donde en un tiempo debió de levantarse la cruz. Bajo
la cúpula de la iglesia hay una pequeña capilla de mármol con un
atrio, la llamada capilla del ángel. En ella se guarda la piedra que
los ángeles apartaron del sepulcro de Jesucristo. Detrás del Santo
Sepulcro. Es un espacio muy reducido, en el que caben, como máximo
cuatro personas. Llenan el aire nubes de incienso. Lo iluminan 43
lámparas preciosas, cada una de las cuales pertenece a una de las
confesiones cristianas. Los muros están revestidos de mármol. Los
peregrinos, sumidos en oraciones, se arrodillan ante la piedra sobre
la que debió haber reposado, en la tumba, el cadáver del Redentor.
Cinco confesiones, la ortodoxa griega, la católica romana, la siria,
copta y los jacobitas, una pequeña comunidad religiosa siria, se han
repartido el señorío sobre la iglesia del Santo Sepulcro. Velan
celosamente las capillas, las lámparas y limosnas. Junto a la tumba
misma se revelan según un plan fijado hasta el minuto vigilando
cuidadosamente de que nadie eche su óbolo en el platillo de la
religión equivocada. Fue una labor científica de tipo detectivesco
el fijar los Santos Lugares, con exactitud, en la Jerusalén varias
veces destruida. También en lo que hace referencia a la iglesia del
Santo Sepulcro, aún no se está de acuerdo en si realmente se ha
construido sobre la colina del Gólgota y la tumba de José de
Arimatea. Es demasiado grande el peso de los despojos del tiempo
sobre los que sucedió. Se sabe que la Via Dolorosa, la calle a
través de la cual Jesucristo llevó su cruz, que, en el transcurso
del tiempo, ha cambiado de lugar varias veces. La calle que hoy se
llama así, una estrecha callejuela, sólo quiere ser un lugar de
piadoso recuerdo. Unas lápidas señalan las catorce estaciones del
martirio. La primera está junto al convento de las hermanas del Sion
francesas. La decimocuarta y última es la capilla del Sepulcro, en
la iglesia del Santo Sepulcro. Es difícil descubrir bajo la actual
Jerusalén la ciudad de Jesucristo. El ajetreo, el comercio junto a
los Santos Lugares toma no pocas veces formas repulsivas. Sólo en el
jardín de Getsemaní, al pie del Monte de los Olivos, hay tanta paz
como hace dos mil años, cuando Jesucristo estuvo allí con sus
discípulos. Hoy el jardín pertenece a los franciscanos. El Papa
confió a esta orden la vigilancia de los Santos Lugares. Desde el
jardín de Getsemaní se puede echar una amplia mirada sobre la
ciudad con sus volubles murallas. Jesucristo entró en Jerusalén, el
domingo de ramos, montado sobre una pollina, entre los gritos de
Hosanna del pueblo, a través de la "Puerta Dorada". Hasta
el siglo VIII, el patriarca griego de Jerusalén entraba cada año en
la ciudad por la "Puerta Dorada". Entonces los árabes la
tapiaron. Temían una antigua profecía, según la cual un
conquistador cristiano entraría una vez en Jerusalén por esta
puerta.
Lugares
Santos musulmanes:
Mas Jerusalén no es tan sólo un santuario
de cristianos y judíos; los musulmanes la veneran, después de La
Meca y Medina, como Ciudad Santa del islam, pues Mahoma parece ser
que subió al paraíso sobre la yegua alada Burak desde Jerusalén.
Esto ocurrió en un venerado lugar, también considerado santo por
los israelitas, el Haram-ach-Charif, sobre la colina de Moria. Ya
David levantó sobre la gastada roca un ara. Salomón construyó en
el mismo lugar, alrededor del año 960 a. de. J.C., el primer templo
judío. Precisamente en este lugar levantaron los árabes, bajo las
protestas de los judíos, un imponente monumento a la ascensión de
Mahoma: la Mezquita de la Roca, símbolo de Jerusalén. La Mezquita
de la Roca nunca sirvió como mezquita, como dicen muchas guías de
viajes. También es falsa la tan usada denominación de "Mezquita
de Omar". El edificio de la cúpula dorada se consideró siempre
un cofre para guardar la Santa Roca; nunca tuvieron lugar en él
actos de culto. Pare este fin se construyó en el rincón sudoriental
la mezquita Al-Aqsa. Ocho gradas que mueren bajo unas arcadas
conducen desde todos los lados a lo alto de la Mezquita de la Roca.
Los musulmanes llaman a estas arcadas "mavazin", las
balanzas. Según una leyenda islámica, el día del Juicio Final se
tenderá una cerda de caballo desde las "balanzas" al Monte
de los Olivos. Todos los resucitados deberán pasar por sobre ella.
Quien haya cometido injusticias caerá a la perdición eterna. Un
guía muestra, dentro de la Mezquita de la Roca, recuerdos de la
ascensión a caballo de Mahoma: el arcángel Gabriel grabó en la
roca una huella digital; el caballo alado, en el momento de saltar,
dejó la huella de uno de sus cascos. Un hueco bajo la roca recuerda
el turbante del profeta, que, al levantarse después de orar se
hubiera golpeado contra la piedra si ésta no se hubiese reblandecido
en ese instante. (Gööch)
Convivencia
y mezcla actual:
Es difícil visitar Jerusalén incluso hoy
día sin sentir la descarga espiritual, sobre todo si se ha visitado
antes de la guerra de 1967, cuando la ciudad vieja de Jordania no
había sido conquistada por el ejército de Israel. Esta es la
ciudad de las mil caras y las mil interpretaciones. Para los
musulmanes, la cúpula de la Roca de Omar es el lugar donde Mahoma
ascendió a los cielos en su Viaje Nocturno; para los judíos, esa
Roca es el sitio donde tuvo lugar el frustrado sacrificio de Isaac.
Los judíos se dirigen hacia el Muro de las Lamentaciones, que marca
el antiguo emplazamiento del Templo de Salomón, mientras que los
cristianos se dirigen al Santo Sepulcro, apuntalado y siempre a punto
de desplomarse. [...] Más de un tercio de la humanidad tiene raíces
espirituales en esta ciudad que contaba diecinueve siglos antes de
que naciera Cristo. Se la cita ya en la Biblia con el nombre de Salem
y los egipcios la llamaban Urusalimu, la ciudad de la paz. Una paz de
la que nunca hasta el presente ha disfrutado. Fue la ciudad de
Abraham, de David, de Salomón, de Nabuconodosor, de Herodes el
Grande; el escenario de la condena de Cristo, del asesinato del Hijo
de Dios y también de su resurrección. Como en las excavaciones
arqueológicas, los restos de las religiones aparecen aparecen
superpuestos una a otra, entre sus míticos valles y colinas. En el
pasado fue la emperatriz Helena quien descubrió la Cruz y su hijo
Constantino quien erigió la iglesia del Santo Sepulcro. [...] La
mezcolanza: la iglesia de Santa Ana, en la que rezan los cristianos
de origen judío convertida en escuela por Saladino y que
años más tarde pasó a manos de los Padres Blancos; la mezquita de
Al-Aqsa, construida sobre el templo de Salomón, es hoy el tercer
lugar sagrado del Islam después de La Meca y Medina; las siete
puertas, el cenáculo... Ninguna ciudad del mundo, ni siquiera Roma,
reúne tal densidad de edificios antiguos, de reverenciados
monumentos.
Entendimiento
para compartir la Ciudad Santa:
Después de las negociaciones
de Camp David se avanzó mucho en el entendimiento sobre cómo podría
ser el futuro compartido de la ciudad. Tiene tanta importancia desde
el punto de vista religioso para las tres partes que nunca debería
ser capital política de ningún estado. Una comisión dependiente de
la ONU y formada por igual número de delegados judíos, musulmanes y
cristianos podría administrarla sin objeciones. La desmilitarización
de la ciudad podría ser un importante paso previo de una fase de
mayores dimensiones. En realidad ya comparten nada menos que la
creencia en el mismo Dios que les ordena vivir en paz con todos los
pueblos de todos los lugares.
El-Hakim: Califa egipcio de la
dinastía Fatimita, desde 996 a 1021. Los edictos dados, su
comportamiento personal, su final misterioso, le hacen el personaje
más extraño y difícil de la historia musulmana. Sus
extravagancias tenían, sin embargo por objeto la aplicación
rigurosa de los preceptos islámicos y la consolidación de la
herejía escita. Espíritu atormentado por su propia fe, enfurecido
por el deseo de imponerla a los demás, sus caprichos y crueles
edictos, pretendían moralizar la vida del pueblo. Prohibió a los
hombres las tabernas y el juego del ajedrez; a las mujeres, salir de
casa (los zapateros no podían confeccionar botas femeninas). A
partir de 1008, persiguió cruelmente a judíos y cristianos y
ordenó la destrucción de millares de sinagogas e iglesias, entre
otras, la del Santo Sepulcro. En 1014, impuso la conversión del
Islam o del éxodo forzoso de Egipto. En los últimos años se
declaró encarnación divina y misioneros fidelísimos a él
proclamaron la nueva doctrina. Surgió así la secta de los drusos,
que vener a El-Hakim. Salió para un paseo nocturno y ya no volvió
más. Se dijo que se habían hallado sus vestidos ensangrentados,
pero muchos se negaron a creer en su muerte y esperaron su vuelta.
(G.P.)
La
destrucción de Jerusalén relatada por Flavio Josefo (70 d.C.):
[Su
obra más antigua, La guerra de los judíos, constituye un
repaso de la historia judía desde la conquista de Jerusalén por
Antíoco Epífanes (siglo II a. de C.) hasta la revuelta del año 67
d.de C. A continuación narra la guerra que culminó en el año 73].
Tan solo treinta y tres años después de que Jesús la pronunció,
comenzó a cumplirse la profecía acerca de Jerusalén y su templo.
Las facciones radicales judías de Jerusalén estaban totalmente
decididas a sacudirse el yugo romano. En el año 66 E.C., los
informes a este respecto llevaron a la movilización y envío de
legiones romanas acaudilladas por Cestio Galo, gobernador de Siria.
Tenían la misión de sofocar la rebelión y castigar a los
culpables. Tras hacer estragos en los arrabales de Jerusalén, los
soldados de Cestio acamparon en torno a la ciudad amurallada. Para
protegerse del enemigo, emplearon el método del testudo o tortuga:
unieron los escudos formando algo parecido al caparazón de una
tortuga. Josefo atestigua su eficacia: "Se deslizaban las
flechas sin dañar, y [...] los soldados pudieron, sin riesgo, minar
la muralla y prepararse para pegar fuego a la puerta del Templo".
"Cestio -prosigue Josefo- retiró repentinamente sus tropas
[...] y sin razones valederas abandonó la ciudad." Aunque
seguramente Josefo no pretendía glorificar al Hijo de Dios, hizo
relación del mismo suceso que los cristianos de Jerusalén habían
estado esperando: el cumplimiento de la profecía de Jesucristo.
Años antes, el Hijo de Dios
cristiano había dado esta advertencia:
Cuando vean a Jerusalén cercada de
ejércitos acampados, entonces sepan que la desolación de ella se
ha acercado. Entonces los que estén en Judea echen a huir a las
montañas, y los que estén en medio de Jerusalén retírense, y los
que estén en los lugares rurales no entren en ella; porque estos
son días para hacer justicia, para que se cumplan todas las cosas
que están escritas". (Lucas 21:20-22.)
En conformidad con las instrucciones de
Jesús, sus fieles seguidores se apresuraron a huir de la ciudad,
permanecieron lejos de allí y se libraron del terrible sufrimiento
que le sobrevino. Cuando los ejércitos romanos regresaron en el año
70 E.C., Josefo escribió un relato detallado y realista de las
consecuencias. El general Tito, el hijo mayor de Vespasiano, marchó
a conquistar Jerusalén y su grandioso templo. En la ciudad luchaban
varias facciones por el poder. Recurrían a medidas drásticas que
resultaban en baños de sangre. "En vista de los males internos,
[algunos] deseaban la entrada de los romanos", con idea de que
la guerra "los libraría de tantas calamidades domésticas",
explicó Josefo. Llamó a los insurgentes "ladrones" que
destruían las propiedades de los opulentos y asesinaban a las
personalidades sospechosas de colaborar con los romanos. La vida
degeneró a un grado increíble durante la guerra civil, llegándose
a dejar insepultos a los difuntos. "Los sediciosos luchaban
sobre montones de cadáveres, y los muertos que pisoteaban avivaban
su furor." Saqueaban y asesinaban para obtener comida y
riquezas. Los lamentos de los afligidos eran incesantes. Tito exhortó
a los judíos a rendir la ciudad a fin de salvar la vida. "Además
encargó a Josefo que les hablara en su lengua materna, pensando que
los judíos atenderían mejor a un hombre de su misma nación."
Estos, empero, reprocharon a Josefo su actitud. A continuación, Tito
cercó la ciudad con estacas puntiagudas. (Lucas 19:43.) Eliminada la
posibilidad de escapar o desplazarse, el hambre "devoraba
familias y hogares". La lucha continua siguió engrosando el
recuento de víctimas. Sin saber que cumplía la profecía bíblica,
Tito tomó Jerusalén. Más tarde, al contemplar las sólidas
murallas y las torres fortificadas, exclamó: "Dios ha sido el
que expulsó a los judíos de estas defensas". Perecieron más
de un millón de judíos. (Lucas 21:5, 6, 23, 24.) (Galland 2003)
Flavio Josefo:
En el año 67
d.J.C., el emperador Nerón envió al general Tito Flavio Vespasiano
a Palestina para sofocar una rebelión de la población judaica, que
ya hacía años que duraba. Vespasiano venció a los judíos en
Galilea y, en la conquista de la ciudad de Jotapata hizo prisionero a
un joven muy inteligente llamado José ben Matías, un sabio en
escrituras de la escuela patriótico-ortodoxa de los fariseos, que
era considerado como caudillo y jefe espiritual de los rebeldes de
Galilea. Este José ben Matías no fue crucificado ni obligado a
salir a la arena, como solía hacerse con los que se rebelaban contra
el poder romano; al contrario, aquel cabecilla supo ganarse el favor
de Vespasiano y se convirtió en el acompañante inseparable del
general en todas sus campañas victoriosas por Palestina. Según la
tradición, eso fue debido a que José ben Matías profetizó a
Vespasiano -algo orgulloso a pesar de su probidad y fidelidad- que
pronto sería emperador de Roma. No se necesitaban especiales dotes
de profeta para hacer semejante vaticinio, porque quien conociera las
circunstancias del momento, podía muy bien calcular que, a la caída
de Nerón , subiría al trono el hombre que tuviera las legiones más
fuertes, y quien poseía las legiones más fuertes era Vespasiano.
Cuando al cabo de dos años, Vespasiano entró en Roma como
emperador, llevó consigo a José ben Matías, le concedió la
ciudadanía romana y lo nombró historiador oficial del imperio. A
partir de aquel momento, el antiguo fariseo vivió en la capital del
mundo y, entre otras cosas, escribió una historia del pueblo judío,
de la cual algunos pasajes se incorporaron al libro bíblico de los
Macabeos. Ahora se llamaba Flavio Josefo y su libro, escrito con la
intención de dar a conocer al mundo grecorromano la historia de su
pueblo hasta entonces casi ignorada, es considerado hasta hoy, al
lado del Antiguo Testamento, una de las fuentes esenciales para la
época primitiva de Palestina, de aquel país pequeño, pero aún así
sumamente importante, situado en la encrucijada de las grandes
culturas. (Herbert Wendt. Empezó en Babel)
Relevancia de los escritos de Josefo
sobre Jesús:
Josefo escribía más que nada para los paganos,
no teniendo la misma sinceridad sus escritos [comparados con los de
Filón]. Escuetas y sin color son sus noticias sobre Jesús, Juan
Bautista, Juda el Gaulonita. Se nota que trata de presentar estos
movimientos, tan judaicos de carácter y espíritu, de forma que sean
inteligibles a griegos y romanos. Creo auténtico, en conjunto, el
pasaje sobre Jesús. Cae dentro del gusto de Josefo y si este
historiador menciona a Jesús sabe cómo hay que hablar de ello. Sólo
que se advierte que una mano cristiana ha retocado el fragmento,
añadiendo algunas palabras sin las cuales el texto habría resultado
casi blasfemo, cortando quizás también o modificando algunas
expresiones. Hay que recordar que el éxito literario de Josefo se
debió a los cristianos, quienes adoptaron sus escritos como textos
esenciales de su historia sacra. Se propagó una edición corregida
según criterio cristiano probablemente en el siglo II. Lo que
interesa de verdad en los libros de Josefo en este caso son los vivos
colores con que se describen aquellos tiempos. Gracias a este
historiador judío, Herodes, Herodías, Antipas, Filipo, Anás,
Caifás y Pilatos son personajes casi tangibles que nos hacen vivir
la realidad.
Los próximos días 4 y 5 de mayo se va
a celebrar la XXI feria del perro en esta interesante localidad
malagueña, bajo el lema “Caza y Naturaleza”
Es un
acontecimiento declarado de interés nacional y una de las mejores
muestras caninas dentro de la península ibérica. Cita especial para
familias, niños y para disfrutar de la hospitalidad de Archidona. Se
prevé la asistencia de unas 30.000 personas.
Una feria que este año cuenta con un
cartel en el que el protagonista es el Orito Español, que ha sido
reconocido como Grupo Étnico de Orito Español y que está en fase
de reconocimiento de la Real Sociedad Canina para optar a convertirse
en raza de perros autóctona.
Una muestra para los visitantes de
poner ver en acción al famoso podenco andaluz.
Raza originaria del sur de España.
Descendiente de los Podencos egipcios del tiempo de los faraones,
traídos a la península Ibérica por los fenicios a través de la
colonia de Gadir Cádiz)
Es un perro armónico, compacto, muy
rústico y bien aplomado. De gran inteligencia, muy listo, y
siempre se decantará por las reacciones lógicas, gran nobleza,
sociabilidad y siempre alerta. De justas reacciones a los estímulos
que denotan un carácter vivo y equilibrado. Posee una capacidad de
retención de información muy amplia. muy equilibrado y natural. Muy
cariñoso, sumiso y leal con el dueño, pero rompe ese vínculo ante
el castigo injusto. Todo ello le confiere una gran capacidad para el adiestramiento.
Ante los extraños es algo desconfiado
y un gran guardián sin la presencia de su dueño. Es un perro que agradece la vida
familiar. Necesita salir de paseo y correr suelto
en el campo.
Muy resistente a las enfermedades y, si está correctamente vacunado
y desparasitado, suele vivir muchos años con envidiable salud En
el Podenco Andaluz se distinguen tres tamaños y tres tipos de pelo
por cada tamaño
-Podenco andaluz grande 27 kilos (con
variación de seis). -Podenco andaluz mediano 16 kilos (con
variación de cuatro). -Podenco andaluz pequeño 8 kilos (con
variación de tres).
No os perdáis
ninguna de las actividades programadas en los recintos y en la calle;
adiestradores de perros, bomberos, perros de la policía,
exhibiciones, perros pastores, concursos, exposiciones y muy buen
ambiente.
El domingo se realizará el
desfile y concurso de rehalas, organizado por la Federación Andaluza
de Caza, y la IX Exposición de Razas Españolas, coordinada por la
Sociedad Canina Costa del Sol. Por otra parte, el grupo de trabajo
Quercus hará una exhibición de adiestramiento y se celebrará un
concurso de presentadores caninos infantiles y juveniles. C.A.C.
(certificado de aptitud de belleza) y R.C.I. (trabajo, rastro,
obediencia y defensa) para perros de utilidad. Actividades infantiles
y juveniles, talleres de educación canina y concurso infantil.
Lucha contra el maltrato animal, antes de comprar un perro de cualquier raza o tamaño, mira en los hogares y refugios de animales, seguro que encuentras lo que buscas y con buen asesoramiento.
Cada año se abandonan en España más de 145.000 perros y gatos, condenados a penalidades y una muerte casi segura si no son llevados a un refugio de animales. En eso estamos casi a la cabeza en la UE. Las protectoras exigen una mayor y mejor prevención.
Cada 5 minutos se abandona un perro en nuestro país.
La crisis agudiza la angustia de los abandonos y las adopciones han descendido