domingo, 3 de noviembre de 2013

Cuida la montaña, cuida el entorno

"Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras que el género humano no escucha" Victor Hugo

Los lugares que han sabido preservar inalterado su entorno cuentan con un futuro sostenible.
 

Subir a una montaña puede ser algo muy placentero, haces deporte, disfrutas de la tranquilidad de la naturaleza y de aire puro. Pero no dejes que se convierta en una pesadilla o en algo peligroso, sobre todo piensa que debes dejar los lugares “tal y como te gustaría volver a encontrarlos”
 

CONSEJOS para disfrutar mejor de nuestras EXCURSIONES al monte
Lo único que no tiene su lugar apropiado es tu indiferencia ante el mayor basurero. 
Somos lo que miramos: en consecuencia nada de los que nos rodea es peor que nosotros mismos.
Todo lo que te acompañe ha de volver al lugar del que procedes.
Nada de lo que veas quiere cambiar de residencia: déjalo donde estaba.
Tu legítima curiosidad lo será todavía más si no despierta el temor, la huida o el abandono de quienes residen todo el tiempo allí donde tú estás de paso.
Si te diluyes en el escenario mejora la representación. No destaques ni por tu vestimenta, ni por ruido o torpeza.
Actualmente nada, absolutamente nada justifica que enciendas un fuego en un área boscosa.
La mayor parte de las indicaciones de los guardas, lugareños y propietarios tienen el aval de la experiencia y su amor al lugar que visitas.
Contemplar enseña diez veces más que buscar y cien que perseguir.
Colecciona emociones. Son más frescas que las imágenes.
Cuando lo mires recuerda que también te está mirando.



DECÁLOGO ECOLÓGICO (Fernando Obregón Goyarrola)
Las montañas suelen ser zonas poco pobladas, y muchas veces son los reductos donde mejor se ha conservado la Naturaleza, pero el acelerado proceso de degradación medioambiental de nuestro tiempo también llega hasta ellas. Las personas que acudimos a las montañas en nuestros ratos de ocio también somos un agente que contribuye a su deterioro medioambiental, la mayoría de las veces involuntariamente. Para intentar minimizar el impacto ecológico de nuestras salidas al monte, hay que seguir un comportamiento absolutamente respetuoso hacia la Naturaleza, algo que realmente no se aprende en libros o manuales, sino que se va adquiriendo con el tiempo. De todos modos no viene mal un recordatorio, así que a continuación ofrecemos un decálogo que, completado con un poco de sentido común e interés, debería lograr que nuestro paso por la montaña no deje rastro.
Por supuesto, no dejes basura en el monte: recógela en una bolsa para depositarla en el primer contenedor o papelera que encuentres, aunque tengas que cargar con ella varias horas. Los restos de comida son biodegradables, pero hace feo verlos tirados en una cima o al borde del camino. Es un problema que no acaba de resolverse: pese a que se ha repetido muchas veces, la gente sigue dejando basura en las montañas. Como ejemplo extremo, en medios montañeros es bastante conocido que cerca de la cumbre del Everest, a más de 8.000 metros de altitud, hay un gran vertedero de material diverso abandonado por distintas expediciones.  
Deja el coche o la moto bien aparcados en el pueblo o la carretera: en el monte sobran, pues contaminan, son ruidosos y contribuyen a que te hagas un vago y engordes. Andar es una de las actividades más sanas y recomendables que se conocen, y unos kilómetros a pie están prácticamente al alcance de todo el mundo, desde niños hasta ancianos; no hace falta ser un atleta. Quien no se atreva con ellos, debería preocuparse seriamente con su salud y saber, por ejemplo, que son muchas las personas de más de 60 años que hacen a pie el Camino de Santiago completo.
No des voces (salvo que sea imprescindible) ni pongas música a todo volumen. Disfruta del silencio (en nuestros días no es fácil encontrarlo) o de la música que la Naturaleza te ofrece: el canto de los pájaros, el sonido del viento, las campanas de las vacas ... y deja que los demás podamos oírla. Si pese a todo quieres llevarte otra música, utiliza unos cascos.
Procura no molestar a los animales que encuentres, tanto salvajes como domésticos. Si llevas perro, tenlo bien enseñado o amárralo para que no los asuste. En la medida de lo posible, evita salirte de los caminos y meterte en los lugares más sensibles desde el punto de vista de la fauna, bosque sobre todo, pues puedes molestar a muchos animales. Si escalas, procura no hacerlo en sitios donde anidan rapaces u otras aves.  
La afición tan extendida a las hogueras es un peligro, pues los incendios arrasan todos los años muchas hectáreas de arbolado. No enciendas fuego, salvo en sitios controlados, y empleando siempre leña ya caída: no cortes las quimas de los árboles. Tampoco se debe emplear la leña que suele haber en refugios y cabañas para casos de emergencia; recoge la tuya e incluso deja más de la que encontraste.
El respeto a la Naturaleza incluye también a las actividades humanas que tradicionalmente allí se desarrollan: no pises los prados salvo que hayan sido segados recientemente, atraviesa las cercas y las alambradas con cuidado, no dejes portillas abiertas (se puede escapar el ganado), cuida las cabañas que utilices, no acampes en terrenos particulares sin permiso.
En todo momento debe intentarse pasar desapercibido, hay que procurar no alterar la Naturaleza: no hagas pintadas en las rocas ni en los refugios, ni arranques estalactitas, ni te bañes con jabón o champú en ríos de poco caudal o lagos ...
La montaña alberga un patrimonio cultural que muchos de sus visitantes ignoran o desprecian, y que incluye aspectos como la toponimia tradicional (que los mapas alteran con frecuencia), o el habla y costumbres de sus habitantes (objeto muchas veces de burlas). Respeta y valora este patrimonio etnográfico, poco divulgado, y en la actualidad en acelerado proceso de desaparición.
Además de observar todas estas reglas, conviértete en educador medioambiental: con cortesía y procurando no resultar un pedante o un listillo, llama la atención e informa a quienes no sigan un comportamiento respetuoso con la Naturaleza y su entorno humano tradicional, ya sea involuntariamente, por descuido o desidia, o por puro gamberrismo.
Por último, infórmate sobre los distintos problemas medioambientales de las zonas que visitas y las amenazas que recaen sobre ellas. Deberías interesarte por las denuncias que hacen al respecto los grupos ecologistas. Escucha también a los habitantes de esas zonas, que suelen tener una visión distinta de estos problemas, conoce sus recursos y su forma de vida, y saca conclusiones. Los montañeros conocedores y en cierta manera usuarios habituales de la montaña, debemos defenderla y también tenemos derecho a opinar.

El montañismo se divide en cuatro áreas y doce especialidades

1.  Área de marcha
senderismo (hiking)
excursionismo (trekking)
expediciones alta montaña
2.  Área de escalada
escalada clásica
escalada deportiva
escalada en hielo
3.  Área de resistencia
duatlón en montaña
media maratón de montaña
maratón de montaña
4.  Área de específicos
vía ferrata
barranquismo
esquí de travesía


Botas de montaña.
Existen muchas clases de botas, en función de su diseño (por ejemplo, la altura del tobillo, la rigidez de la suela o el material), marcas y precios.
Es esencial que las botas sean de nuestra talla, ya que tanto una talla más grande como una más pequeña nos provocarán daños en los pies. Por eso, deberemos evitar en la medida de lo posible que nos presten las botas, procurando tener siempre unas botas propias de nuestro tamaño.
Cuando adquiramos unas botas nuevas deberemos tener en cuenta que los primeros usos pueden causarnos molestias hasta que la bota se adapte a nuestro pie. Por eso, si compramos botas antes de una marcha de más de un día, es más que recomendable estrenar las botas previamente.

Peligros subjetivos
Son los peligros que se deben a la actuación de cada persona y pueden ser evitados.
Los principales son:
Sobreestimación de uno mismo.
Errores de apreciación.
Formación insuficiente.
Equipo insuficiente.
Equipamiento insuficiente.
Preparación física.
Enfermedades y lesiones.



Material específico de seguridad
Móvil con batería suficiente
Brújula y mapa de toda la zona
Botiquín de primeros auxilios
GPS si se dispone de él
Comida y bebida de sobra
Linterna
Silbatos (uno por montañero, para usar en caso de pérdida)
Manta térmica
Algunos elementos que pueden incrementar la seguridad son:
Chaleco reflectante
Bengala
Guía de primeros auxilios

1.No dejes basuras en la montaña, no las entierres, cógetelas en la mochila y LLÉVATELAS A CASA. La basura que se tira en la montaña (papel, plástico, latas, botellas, pilas, ...) la ensucia y la contamina.

 Duración de la basura tirada en el monte:
Peladuras de naranja, plátano, manzana ...

2 años

Filtros de cigarrillo:

1-5 años

Papel plastificado:

5 años

Bolsas de plástico:

10-20 años

Envases de plástico:

20-30 años

Prendas de nylon:

30-40 años

Latas de conserva:

50 años

Cuero:

Más de 50 años

Latas de aluminio:

500 años

Vidrio (botellas ...):

1000 años




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